Distimia: Cuando la tristeza se convierte en rutina
¿Alguna vez has sentido que el desánimo y el cansancio te acompaña durante todo el día, como si no pudieras salir de esa sensación? Puede que no se trate de un bajón pasajero, ni un mal día de esos en los que todo parece salir mal. Es más bien, una sensación continua de apatía, que se instala en tu día a día y se vuelve parte de tu rutina. Si esto te suena familiar, podrías estar experimentando lo que conocemos como distimia.
Vamos a hablar de:
¿Qué es la distimia?
La distimia, o trastorno depresivo persistente, es una forma de depresión de larga duración. No es tan intensa como una depresión estándar, pero es más prolongada, ya que podría durar incluso años.
Puedes pensar que la vida te pesa más de lo normal, que vives en un estado constante de negatividad o nostalgia, sin saber exactamente por qué. En realidad, lo que estas experimentando es un trastorno del estado de ánimo y de autoestima que está afectando en gran medida en tu calidad de vida.
Actualmente, la salud mental es una prioridad y cada vez está más cuidada y respaldada. No obstante, el 34,3% de la población padece algún trastorno mental o del comportamiento (hombres 31,1%; mujeres 37,4%) tal y como establece el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud. Siendo los trastornos de ansiedad, los del sueño y los depresivos, los más destacados.
¿Cómo puedo saber si es distimia y no solo cansancio?
Es posible que lleves tiempo con ese estado de ánimo y pienses que ya es parte de tu vida, que es normal que te sientas así. Sin embargo, hay señales que te ayudarán a identificarla. Si durante años has sentido ese bajón la mayor parte del tiempo y, además, se combinan con estos síntomas que te vamos a contar, es hora de que le prestes un poco más de atención:
Es verdad que estos síntomas puede que no sean tan intensos, pero están ahí, minándote poco a poco y afectando en tu vida más de lo que piensas. Quizás, es hora de echarle un poquito más de valor y enfrentarte a ello.
¿Por qué ocurre?
No existe una única razón que explique la distimia. Generalmente, es el resultado de una combinación de factores:
- Genéticos: parece ser que hay una fuerte tendencia hereditaria, es decir, si tus padres o familiares más cercanos han tenido distimia, es más probable que tú también lo desarrolles.
- Biológicos: los desequilibrios en neurotranmisores, como la serotonina, un compuesto clave en la regulación del estado de ánimo, puede estar también involucrado.
- Ambientales: factores como la contaminación, el ruido, la falta de sueño pueden ser también desencadenantes de esta situación.
- Psicológicos: las experiencias previas, la forma en que manejas las emociones y estrés, y las posibles dificultades en las relaciones con tu pareja, familia, amigos…. puede influir mucho en tu estado de ánimo.
El tener interiorizado esa sensación de vacío, no puede justificar que normalices la situación, es momento de coger fuerzas y buscar las herramientas necesarias para salir de esta situación.
¿Se puede tratar la distimia?
¡Claro que se puede! Es verdad que el proceso no será inmediato, pero lo más importante es escucharte durante el camino, ser paciente y no juzgarte ni presionarte. Cada persona lleva su propio ritmo y tiene sus procesos.
Busca ayuda de un profesional
La terapia cognitivo-conductual es una de las herramientas más efectivas que puede ayudarte a identificar, a comprender y aprender a cambiar esos pensamientos negativos que están afectando tanto en tu vida diaria. La ayuda de un profesional es crucial para superar esta situación.
Fomenta hábitos que te ayuden
En algunos casos, la alimentación antinflamatoria, hacer ejercicio regular y un buen sueño reparador pueden tener un impacto positivo en tu estado de ánimo.
Mantente cerca de tu gente
Aunque hay momentos en los que necesitas estar sol@, es fundamental que mantengas el contacto con tus amigos y familiares, ellos pueden darte ese chute de energía cuando lo necesites.
Tener rutinas diarias y flexibles
Esto te ayudará a tener un poco de orden en tu día a día. Eso sí, dejar alguna cosa durante la semana para la improvisación, te ayudará a ser más flexible, manejar mejor los imprevistos y no caer en la trampa del perfeccionismo.
Practica técnicas de relajación
La meditación, el yoga o la respiración profunda pueden ser muy buenos aliados para que logres reducir el estrés, te enfoques en el día presente y mejores el nivel de serotonina, la hormona de la felicidad.
Conclusiones
No tienes que vivir así para siempre, todo tiene su fin, incluso lo malo. No te resignes a estar así, toma conciencia de la situación que estas viviendo, coge esa fuerza que tienes y busca el apoyo profesional adecuado.
Es verdad que el cambio no será de la noche a la mañana, pero si tienes un acompañamiento correcto, irás haciendo pequeños cambios que te harán volver a recuperar la alegría y el entusiasmo. Da el primer paso para cambiar esta historia.
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